miércoles, 9 de octubre de 2013

Reformas estructurales que México necesita

1) La Reforma Televisiva
Dada la crisis de credibilidad a la que han sido sujetas las empresas Televisa y TV Azteca, particularmente después del movimiento “Yo Soy 132” hacia el Presidente, se ha decidido aperturar espacios para dar mayor oportunidad a la pluralidad de opiniones.
Nos hemos dado cuenta sobre todo que la opinión que no se hace valer directamente por medio de la televisión (con las tanquetas es otra cosa) es precisamente la de nuestra Alteza Serenísima, y es algo muy solicitado por las señoras.
Es por ello que se inaugurará el canal de Presidencia, en donde podrán ver las trepidantes aventuras de nuestro Presidente Enrique Peña Nieto alrededor del mundo, en potente y PRIstina Alta Definición. De esta manera, usted podrá disfrutar a nuestro guapísimo y bien peinado Presidente de la mejor manera posible.
Para hacerlo, únicamente tendrá que hacerse acreedor a una TV HD y un cable HDMI con su tarjeta de Elektra y/o Famsa a 72 meses con intereses, más IVA del 16% en cada pago.
Para garantizar la pluralidad real de la opinión, adquirir una televisión para ver dicho canal será obligatorio. Sobre todo en las comunidades marginales sin acceso a la cultura.
La serie que nos recuerda lo divertido de estar jodido.


2) La Reforma Religiosa
Esta Reforma tiene como objetivo lograr la armonía entre los diversos grupos religiosos del país. Para tal efecto, proponemos que:
En las escuelas se enseñe el creacionismo tal y como lo entiende S.S. Norberto Rivera.
Se pasen leyes para que el día de san Juditas sea feriado y se puedan detener todas las calles y arterias viales de las ciudades del país. Este gobierno está convencido de que manteniendo contento a san Juditas, lograremos prosperidad económica, cultural y bienestar para todos.
Que la Iglesia Católica, Apostólica y Romana administre guarderías.
"Y es que no sabes lo que tú me haces sentiiiiir".

3) La reforma alimenticia
En México se padece una gran hambre pero al mismo tiempo se tiene el mayor índice de obesidad a nivel mundial. Para remediar esta situación, aumentaremos los impuestos de los más gordos. Porque la gordura mórbida es claramente un lujo, subiremos a un 20, no, no, a un 30% el impuesto al pan dulce, la fritanga y la torta de tamal. Alimentos de nueva generación serán traídos del extranjero para que con su avanzadísima tecnología coadyuven a la baja de peso de los más gordos. Con respecto a los que sufren de hambre, la estrategia, ideada por nuestro humanitario Presidente, consiste en esterilizar químicamente a los pobres. Con ellos se harán menos con el tiempo y terminarán por desaparecer.
Claramente un lujo. Miren lo animado que está el vato.


4) La reforma deportiva

Debido a que el futbol se encuentra en su peor estado en décadas, se ha decidido en el Congreso que todo mexicano en condiciones (y en especial los gordos, de acuerdo con el punto número 4) dedicará dos horas diarias a la cascarita con los vecinos. El infalible razonamiento que anima esta propuesta es que, ya que en México el futbol no se está jugando bien, deberíamos olvidarnos en absoluto de TODOS los demás deportes y concentrar nuestros esfuerzos en encontrar al siguiente Chicharito.
Mejor futbolista que Benito Juárez.

5) Reforma Sexual
Dada la crisis hormonal por la que pasa el Congreso, el PRI se está tardando en proponer la Reforma Sexual. Ésta consistiría en que cada mexicano mayor de dieciocho años, económicamente activo o no, ha de presentar el tributo al Estado en especie por el valor de la nalgas de su jefa dos veces si ésta es mayor de los cuarenta o una vez y media si lo es de treinta, o bien, de una hermana o prima de veinte. El tributo será pagadero de manera expedita en el congreso de la unión. Quien se viera privado de los medios para cumplir con dicha obligación tributaria deberá pagar con las propias nalgas a su funcionario más cercano con todo y multas e intereses, lo que podría llegar hasta la multa total de la doble penetración por parte del funcionario y de un negro de dos metros que será asignado para tal efecto.


Un gargajo es el lubricante del diablo.